En el sudeste de la Meseta de Anatolia, entre Aksaray, Nevsehir, Urgup y Nidge, se
extiende Capadocia.
Ya sea por la fantasía de los paisajes, las iglesias rupestres o la presencia de misteriosas
ciudades subterráneas, nada en Capadocia tiene equivalente en otras regiones del país.
Hace millones de años una apocalíptica erupción volcánica dió forma a un prodigio natural sin
parangón en el resto del planeta.
La contextura blanda de la capa volcánica ha incitado desde tiempo a los habitantes a
cavar viviendas. Derinkuyu, por ejemplo, fue antiguamente un poblado hitita.
Aquí, en la lava, la comunidad rural excavó unos pozos subterráneos que se hundían uno o
dos niveles por debajo del suelo. Esas ciudades trogloditas resultaron providenciales pues
cuando los frigios derribaron el imperio hitita saqueando las ciudades y asesinando su gente,
los habitantes de Derinkuyu se salvaron de la masacre refugiándose en esos pozos.